No oímos el despertador y cuando nos despertamos ya eran las 8:00 de la mañana, no nos daba tiempo de estar a las 9:00 en Lomo de las Bodegas, donde habíamos quedado con algunos compañeros del Club Montañeros de Nivaria, para realizar la actividad que tenían en su programa, para el día 22 de abril de 2007, El Barranco de Anosma. A pesar de todo, decidimos hacer el recorrido propuesto, conocíamos el camino y nos apetecía salir a caminar, así que cogimos nuestros morrales y nos pusimos en marcha.
Llegamos al Lomo de las Bodegas sobre las 9:30, éste caserío está formado por un grupo pequeño de casas agrupadas y algunas diseminadas por los alrededores, con una población censada de 23 habitantes, que trabajan en labores agrícolas y ganaderas y pertenecen al Termino Municipal de Santa Cruz de Tenerife, poseen una pequeña ermita dedicada a Santiago Apóstol.
La primera parte de este recorrido tiene algunos tramos con una considerable pendiente que rondan el 20% y 37% de inclinación, aunque se baja sin dificultad nos hace pensar en la dureza de la subida, en la segunda parte, ésta baja considerablemente, el camino se interna en el cauce del barranco o sigue paralelo al mismo. La longitud total a recorrer es de 4.46 Km en cada unos de sus sentidos, teniendo en cuenta la cota de partida (528 m.s.n.m.) y la de llegada (5 m.s.n.m), nos da un desnivel medio en todo el recorrido de 11,66%
El camino transcurre en un principio en esa frontera entre el Monteverde y el bosque termófilo, por lo que podemos apreciar algunos dragos, brezos y aceviños conviviendo, para dar paso rápidamente al cardonal-tabaibal, que no dejaremos durante el resto del recorrido, cardones, verodes, vinagreras, tabaibas y otras especies forman el paisaje.
Curioso el árbol de piedra que nos encontramos aproximadamente a un tres Km del inicio del camino, que a buen seguro tiene algún nombre, pero que yo desconozco. (si alguien sabe que nombre tiene, me encantará que me lo diga).
A escasos 800 m. para llegar a la playa nos cruzamos con los compañeros del Nivaria, que subían de nuevo a Lomo de las Bodegas, tras intercambio de saludos y disculpas por el retraso, continuamos hasta la playa.
La playa es de callado, con un imponente acantilado a ambos lados, el baño en ella es poco atractivo, ya que el mar en esta zona da pocos días de tregua, en cambio, hay una pequeña piscina natural, que la llena el oleaje al subir la marea, que ofrece un lugar seguro para darse un placentero remojón, con suerte hasta las olas nos rociaran al romper sobre las roca que protege a esta piscina, aunque en esta ocasión, optamos por no darnos el baño, ya que hacía un viento algo desagradable y frío, por lo que comimos y descansamos unos 15 minutos, y retomamos el camino de vuelta.
Llegamos al punto de inicio a las 15:00 horas y mientras conducíamos de regreso, íbamos pensando en donde comer algo por la zona, cuando llegamos al Bailadero, vimos los coches de los compañeros que ya estaban allí comiendo, por lo que paramos y terminamos el día junto a los que deberíamos haberlo iniciado
