Domingo, 11 de marzo de 2007
Desde que hace unos años visité por primera vez el Barranco de Tamadaya y descubrí este precioso rincón de Arico, me quedó el deseo de continuar visitándolo y de conocer y descubrir viejos senderos empedrados, llenos de historia, por los que antaño circulaban personas y bestias y que configuraban una extensa red que comunicaban unos pueblos con otros o bien permitían el trasiego de las incontables tierras de labor con las que cuenta este extenso municipio sureño.
El domingo volvió a surgir la oportunidad, junto a Jorge Plasencia, Jaione Sancho, Maryse Privat y Mabel Fernández, además de dos perros, Fisco y Tigre, quedamos para realizar algún sendero por el sur, suave, sin complicaciones, de esos para estirar las piernas y decidimos acudir al Barranco de Tamadaya.
Llegamos a Arico Viejo por la Carretera General del Sur (Carretera Vieja), veniamos de Villa de Arico y al llegar al cruce que baja a la autopista del sur, justo donde encontramos una gasolinera, cogimos a la izquierda por una calle que sube y tras encontrarnos con un cruce seguimos hacia la derecha, a escasos 100 metros encontramos una curva cerrada hacia la izquierda, en este punto dejamos los coches y nos preparamos para el camino.
Lo hacemos por una pista de tierra que baja junto a unas casas, confiados que esta pista nos llevaría casi hasta el cauce del barranco, lamentablemente la pista nos abandona y seguimos varios caminos que pretendían cumplir nuestro objetivo, nos damos cuenta de que no sería tan sencillo, estos caminos sólo comunican las huertas de esta vertiente, por suerte encontramos un punto que libraba la altura que separaba estas huertas del cauce.
Una vez en el cauce todo se nos presentaba más optimista, nos encontramos con un cauce limpio y libre de vegetación de unos 3 o 4 metros de ancho con un fondo de grava y áridos que las lluvias había depositado, a los lados unas preciosas paredes verticales de entre 10 y 15 m. de altura, a las que Jorge no dejaba de admirar sus posibilidades para escalarlas. Por delante, unos metros más arriba el sendero que deberíamos haber seguido, y por el que continuamos andando.
A poca distancia, ya aguas arriba, encontramos una bifurcación del cauce, el Barranco de Tamadaya seguía hacía la izquierda, pero el camino nos adentraba unos metros en Barranco Seco, para luego ir remontando en varios zigzag hasta la loma que forma ambos barrancos, se trata de un bello camino empedrado, bien marcado en su traza y protegido en algunos puntos por muros de piedra seca en buen estado, debió tratarse de una importante vía de comunicación.
Ya en la Loma de Tamadaya, apreciamos los restos de lo que en su día pudo haber sido el límite del pinar, si así fuese, nos mostraría la impresionante deforestación a la que fue sometido esta zona de la isla, observándose aún algunos ejemplares de escaso tamaño, que forman en su conjunto un pequeño bosque.
Continuamos por la loma hacía arriba, siguiendo el camino y observando numerosas huertas abandonadas hasta llegar a una casa de arquitectura tradicional canaria, cuenta esta con dos alturas y planta rectangular con techo y suelos de madera de Tea. A la segunda planta se accede por una escalera de mampostería situada en la trasera de la misma, su estado de conservación nos hace desconfiar de la segunda planta, aunque con cuidado logramos hacer algunas fotos. En el exterior en la parte sur existe un aljibe con abundante agua y protegido por una malla de cuerda y por el lado norte a unos 50 metros encontramos un antiguo horno. Rodean la casa algunas fincas en explotación.
Tras un ligero avituallamiento continuamos el camino con mayor dificultad que el recorrido anteriormente, buscando algún lugar por el que poder bajar nuevamente al cauce del barranco y evitar de este modo tener que retroceder por donde hemos venido. Esta oportunidad se nos presenta como a un kilómetro escaso de la casa, justo donde hay una pequeña degollada.
Tras una primera inspección, que casi nos hace desistir del intento, observamos lo que hace años debió de ser un camino que baja por las paredes de Tamadaya, por una pared de unos 15 metros de altura con un desnivel del los que obliga a sentarse en el suelo e irse apoyando en las piedras con mucho cuidado.
Ya abajo, lo peor está por llegar, después del destrepe de la pared, ante nosotros se nos presenta una infranqueable pared, formado por enormes tabaibas y otras especies vegetales cuyo nombre desconozco, salvo la peor de todas, las zarzas, desde el borde de la pared al camino, nos separaba apenas 50 o 60 metros, que habremos tardado 30 o 40 interminable minutos en atravesar a base de machetazo de bastón, algunos y algunas podemos aportar prueba de ello en nuestros brazos y piernas. Los que mejor estaba fueron Fisco y Tigre, que fueron “transportados” en todo momento en los brazos de Jorge y Jaione.
Al llegar al camino, un pino nos daría sombra para reponer algo de fuerzas y comentar las bondades del camino incluido el último tramos.
El regreso lo haríamos por la pista del fondo del barranco, hasta llegar nuevamente a los coches.
Al final todo coincidimos en haber pasado un buen día y de las bondades de la zona visitada
Lo peor: Los bares en Arico cierran los domingos, por lo que tuvimos que ir al Porís.
Sábado 17 de marzo de 2007: He publicado imagenes en el blog ACTIVIDADES CON AMIGOS, Este blog, por contener imagenes de personas, estará restringido sólo para los amigos, por lo que para poder visualizarlo has de enviarme un email a jcastellanof@gmail.com, para autorizarte a entrar
3 comentarios:
Jose, observando la foto, recuerdo que el sendero bajaba de las casas al fondo del barranco, haciendo zig zag y era enfrente de la "Y" del barranco, hace tiempo que lo hice y seguro que algún cantero puede haber trastocado el trazado. Es una bonita excursión, la pena es que por el fondo del bco. la pista de la galería ha deteriorado el antiguo camino y de la galería hasta el fondo está prácticamente cerrado de vegetación.
Saludos
Efectivamente Carlos, cuando ya regresabamos, observamos el sendero que bajaba justo desde la casa al cauce del barranco. De la galería hacía arriba, te lleva a un desfiladero muy cerrado y hasta donde yo se, no tiene salida.
Un saludo José Castellano
Hombre!!! tenían que preguntar antes de ir .....
Este camino es un clásico en Arico. Para que no se pierdan los próximos en hacer esta ruta justamente por encima de la Casa de Tamadaya (antigua casa de dos plantas, mal llamada Casa Quemada en alguna guía) esta la Era de Los Borjes (La que ven en la foto de Caste), en dirección sur-oeste de esta, parte el denominado Paso del Palo. Un camino muy bonito que nos lleva al fondo del barranco con unas vueltitas empedradas que están perfectamente limpias gracias a Ramón y a Paco.... entrañables de Arico.
Una vez en el fondo del Barranco de Tamadaya se puede ir a La Sabinita, bien por la pista o por el antiguo camino que vemos encima de la pista y que próximamente se desbrozará, pero que hasta ahora esta un tanto impracticable. Desde el fondo de barranco también se puede volver por el cauce hasta Arico Viejo. Esta opción es muy interesante ya que pasamos por una potente zona de escalada con algunas vías equipadas al pie de la antigua Galería de La Zarcita..... saben de que le viene el nombre?.... bueno intenten llegar a ella.
Si por el contrario desde la Era de Los Borjes continuamos hacia arriba tenemos un mundo nuevo por descubrir... multitud de alucinantes zonas de escalada (ya equipadas!)... y multitud de caminos que nos permiten llegar a la cumbre.
En esta zona y por todo Arico, existen gran cantidad de posibilidades y caminos que recorrer. Les invito a visitarla y seguro que no se arrepentirán....creanme!
Saludos
Sergio Pérez Acosta
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