nose

miércoles, 14 de febrero de 2007

Tragedia en el Barranco de los Cochinos (T.M. de los Silos)


El domingo por la mañana nos levantamos temprano como tantos otros para salir de excursión, tras la tradicional parada para tomar un cortado en el Km5 de La Esperanza me entero por el periódico de la noticia, no daba crédito, 29 compañeros en el interior de una galería de agua. Una persona se acercó a nosotros (resultó ser compañero de trabajo de Mária) para interesarse por la misma, al rato llegó Jorge Plasencia, compañero del UMA y seguimos comentando lo que decía el periódico.

Durante estos días que han pasado los medios de comunicación han dado mucha información al respecto. Por momentos he tenido ganas de escribir y comentar, dar mis condolencias a familiares y amigos, pero temía que mis palabras poco puedan aportar a esta tragedia y peor aún, corría el riesgo de caer en la demagogia.

Sin embargo, mi compañera del UMA, Victoria Eugenia Redondo, ha realizado un escrito en la lista que el grupo mantiene en Internet, que sinceramente me ha llegado muy dentro.

Vicky trabaja en el 112, y participó activamente en el rescate de los compañeros, tristemente su trabajo está relacionado en ocasiones con el dolor y la tragedia, ella trata de ayudar a personas desconocidas en cualquier tipo de emergencia, en esta ocasión no eran desconocidas para ella.

Durante años Vicky viene desarrollando una frenética actividad para informar a todo nuestro colectivo a través de cursos de socorrismo de los distintos peligros que nos podemos encontrar en la naturaleza, yo tuve la suerte de participar en uno de ellos y recuerdo su entrega, sus profundos conocimientos y su amor por la montaña.

Le he pedido permiso para publicar su escrito en este blog y me ha dicho que si creo que esto puede aportar algo, que adelante, os recomiendo su lectura, el texto está integro.


...Y aunque pocas veces son las que escribo en este espacio, el dolor que llevo dentro y la tristeza de perder a varios amigos (uno en especial), así como la indignación de cómo fue, me impulsan a compartir con quienes aman las montañas, mis sensaciones…

Y ese día, por mucho que quise que nunca llegara, al final llegó…, siempre
pensé que, después de tanto caminar por esas montañas, tanto trabajar en las emergencias, y tanto unir mis dos pasiones, ese día podía llegar y así fue.

Unir mis dos pasiones, esas que han motivado que estos últimos años
impartiera varias charlas con el único objetivo, de prevenir y enseñar seguridad y primeros auxilios en montaña, también dieron lugar a que el sábado tuviera que trabajar en el rescate y asistencia de mis propios amigos. Que duro ha sido!!!

El dolor nubla hasta la pantalla del ordenador donde escribo… me aturde, me
abate, hasta me desorienta para saber, ahora, porqué camino he de seguir. Me cuesta dar ánimo a mis motivos para seguir trasmitiendo ese mensaje de prevención y primeros auxilios en montaña, como premisa a seguir en todas nuestras actividades, pero el dolor me desencaja, porque es como si mi esfuerzo no hubiera servido de nada…hoy lo siento como un minúsculo grito en el desierto….siendo consciente que no está sólo en mis manos la labor de enseñar a prevenir accidentes en montaña, soy consciente de que esta responsabilidad y obligación está en las organizaciones, en quien las componen y constituyen.

Sé que muchos me han agradecido y han valorado lo mucho que mis enseñanzas
le han podido ayudar o aportar en su andar por las montañas, sobre todo en la prevención, y esto me da tranquilidad. Pero el dolor me hace sentir rabia, me indigna y creo que mi (nuestro) grito además de ser conjunto, debe de ser aún más fuerte y alto. ¡Basta ya de entregar vidas a las montañas; las montañas nos han de llenar de vida!

Creo que es labor y obligación de todos los que hacemos montaña y nos preparamos para disfrutar de ellas, con seguridad y responsabilidad, hacer algo más en este sentido.

El dolor que siento y la rabia, me hacen ser poco objetiva. Pero a pesar de que la tristeza me aturde, me abate y en estos días no me ha dejado seguir mi ritmo normal de vida, y utilizando las palabras de nuestro profesor José Maria Nasarre Sarmiento (Autor del libro: La vertiente jurídica del Montañismo) “Ante un incidente: hemos de analizar las situaciones que acontecen objetivamente, fríamente, siendo consecuentes con lo ocurrido, asumiendo las responsabilidades de las decisiones tomadas ante una actividad y quien la organiza”.

Sólo de esta manera lo acontecido nos servirá de verdadera lección, tanto para los que nos preparamos para ser montañeros y nos capacitamos para saber actuar con autonomía y seguridad en la montaña, como para aquellos que no saben tanto y se deben de concienciar aún más, de que la montaña entraña sus riesgos, y hay que prepararse para saber interpretarlos y enfrentarse a ellos, con autonomía y seguridad.

No podemos ignorar que el montañismo (en sus diferentes opciones: senderismo, pateos, excursión, paseos por la naturaleza…) debido al ambiente donde se desarrolla, presenta una serie de riesgos de diversa naturaleza y que todo el que se acerca a la montaña y sus alrededores debe de conocer, interpretar, saber actuar y tomar decisiones ante los mismos. Los estudios y estadísticas nos hablan de que la mayoría de los accidentes de montaña pudieron ser evitados con una buena preparación y capacitación, así como una detallada prevención de riesgos.

Quien no está preparado y capacitado no debe afrontar la realización actividades sin conocer todos aquellos aspectos que debe, controlar y dominar en una actividad de montaña, para que ésta se desarrolle y concluya con éxito, disfrute, seguridad y prevención, tanto si es para uno mismo y menos aún cuando hablamos de hacerlo con un grupo de personas.

No podemos olvidar que en montaña debemos ser eternos aprendices y prudentes milenarios, y eso sólo se consigue con humildad, en el camino.

Como decía mi profesor de Medicina en Montaña, el médico José Ramón Morandeira. “Cualquiera que sean los motivos que nos impulsan a acudir a las montañas, el ser humano a lo largo de los años ha podido comprobar que las montañas no pueden ser alcanzadas fácilmente. La montaña defiende su belleza, su soledad y el altivo orgullo de sus cimas y rincones con armas múltiples y duras. Pero estas armas, que constituyen los peligros que, indudablemente, encierra la montaña, son conocidas desde antiguo. Por ello sólo quien se preocupa por estudiarlas, por conocerlas, por interpretarlas, por entenderlas, por saber la forma de defenderse de ella con autonomía, sin dependencia de otros, es capaz de enfrentarlas con éxitos y ayudar a otros a hacerlo igual”.

Solo darles las gracias por dejarme abrir mi corazón en este espacio, y trasmitirles un conjunto de sensaciones sin intención definida, que se atascan en el centro de mi pecho. Como decía antes, es tanto el dolor que mi mensaje no es nada objetivo, no quisiera que nadie se sienta mal con él, ni crean aunque lo parezca que pueda estar juzgando a nadie. Esta reflexión, que necesito compartir con ustedes, solo me ayudará a cogerme de vuestras manos y poder dar un paso, muy difícil y duro en estos momentos para mi, en el sendero de la vida. Gracias.

Vicky Redondo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias a ti, Vicky. Gracias, de corazón, por tantas cosas condensadas en pocas letras.

Sin conocerte… mi mano está tendida para ayudarte en cualquier paso difícil en el que necesites apoyo.

Mi gratitud también para Castellano por permitirme leer esta reflexión sentida.

Un compañero del foro TEV

Anónimo dijo...

Querida amiga Vicky, permíteme compartir tus sabias y sentidas palabras.

Un beso compañera

Carlos Velázquez García

Anónimo dijo...

Soy la madre de Ginés Vicky y quiero agradecerte tus palabras grabadas en la triste madrugada del 11 de febrero de 2007. Mis hermanas y yo nos quedamos atónitas y muy tristemente emocionadas. De nuevo, mi hijo dejando su huella con su Estefanía del alma. Tb quiero decirte Vicky, ahora con todo mi cariño que he intentado localizarte, quizás no me han dejado en el 112. Hay que ser valiente y afrontar tanto desastre y negligencia desde el principio al final, como bien se escuchó esa emergencia no debió hacerse de esa manera. Mi misión es que no vuelva a ocurrir, pero aclarando y dando a conocer la verdad y todas las malditas responsabilidades que no se asumieron y se dejan de asumir. Demasiada "gente gorda" involucrada, pero que no se pueden ni comparar con las seis personitas que allí tuvieron que dejar sus vidas. Un fuerte abrazo y pido ayuda, no me dejen sola por favor en esta tarea. malena Alemán Valls

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