Siempre me gusta ir a Chamorga, lugar donde se terminó de fraguar mi amor a la naturaleza y a la montaña. Aquí recorrí, juntos a unos buenos amigos, mis primeros caminos, sabiéndome ya montañero, descubriendo un mundo desconocido e inexplorado para mí.
En esta ocasión, organizamos esta excursión para el programa del Club Montañeros de Nivaria, acudieron 6 amigos que junto a Mabel y a mí, hicimos todo el recorrido en un fantástico día de julio, que sorprendió por lo bien que se portó la temperatura con nosotros.
Al llegar al embarcadero de Roque Bermejo, disfrutamos un buen rato de un magnífico y refrescante baño. Tras tomar el bocadillo y descansar un largo rato, decidimos continuar el camino, ya sin paradas hasta llegar a Chamorga. En esta subida, los más fuertes despuntaron rápidamente, mientras los demás, ascendíamos más relajados.
En esta ocasión, organizamos esta excursión para el programa del Club Montañeros de Nivaria, acudieron 6 amigos que junto a Mabel y a mí, hicimos todo el recorrido en un fantástico día de julio, que sorprendió por lo bien que se portó la temperatura con nosotros.
Al llegar al embarcadero de Roque Bermejo, disfrutamos un buen rato de un magnífico y refrescante baño. Tras tomar el bocadillo y descansar un largo rato, decidimos continuar el camino, ya sin paradas hasta llegar a Chamorga. En esta subida, los más fuertes despuntaron rápidamente, mientras los demás, ascendíamos más relajados.
Coincidimos en la subida, con un señor ya de cierta edad, que comentó que era de la familia de los Pérez, de esa zona, nos amenizó el camino con mucha información sobre la zona, viejas anécdotas de cuando era más joven y algunos nombre de lugar como “Pozo de los Burros” o “Lomos del Viento”. Según nos contó este Sr. Muchos de los terrenos de esa zona son de él y de su familia, incluyendo Las Casas de Tafada